miércoles, 5 de mayo de 2010

No me olvido de vos, hablemos.

Estoy en penunmbras. La única luz que percibo es la del monitor de la computadora. Demasiado brillo contrastando tanta oscuridad. A mi lado tengo una taza amarilla, igual que la cuchara. El te está caliente y mi garganta ya no resiste tanto calor abrupto. Miro para un lado, papeles. Miro hacia otro, más papeles. De fondo Lisandro o "Lischu" como suelen decir una locas que conozco. No se ofendan amigas.

Pero la verdad es que estoy acá porque despues de haber estado cinco días leyendo información acerca de los blogs, fue uno de mis deseos volver a abrazarme con el. A darle una mano, a ofecerle estas líneas. Nunca estuvo muerto, pero siempre descansa por mi. Es la otra vida que necesitaría si esta se me acabara. Tengo esa sensación de que es acá donde puedo ser por completo. En este lugar no me duele nada, no extraño y si tengo ganas de reirme y llorar lo hago. Hay otros lugares en los que siento cosas parecidas, pero me exigen tiempo, pues entonces tiempo les daremos... Ojalá el día tuviera cuarenta y ocho horas. O como me dijo alguien alguna vez: "Que bueno sería poder congelar el tiempo". Sabio.

Hace rato que no puedo dejar de hablar con metáforas. Que no dejo de pensar en largas oraciones llenas de color. Pienso en un texto que me conduzca, a través de una curva, hacia una pintura al óleo de Salvador Dalí. De esas que solía venderles a los que iban a su taller en busca de "un Dalí" . Ilusos. Me acabo de dar cuenta que el mundo de los sueños de este genio de la pintura es el mismo mundo en el que se deshacen mis ansias y deseos. Ese mundo poblado de sueños freudianos. De interpretaciones múltiples o una sola. Qué importa. Sigamos.

Es en este lugar donde puedo materializar mis palabras. Personificarlas, darles una identidad. Pelear por ellas. Puedo escupir si quiero. Me puedo esconder. Prefiero exponerme. Vuelvo a tomar la taza. Ya esta frio, como afuera. Voy a dejar que brillen mis ojos. Dejo caer una lágrima. No quiero terminar de conducir por esta via estrecha. No me cuesta nada hacer un esfuerzo. Pero, no creo que sea necesario forzarlo. La mente va más rapido que las palabras. Por eso tanta discordancia. Porque jamás lo que diga va a poder materializarse con la misma estructura que lo pienso; si lo pienso. Una idea y otra y otra más. Vamos abarcando, cuanto más amplío mas se acorta el camino. No aprieto, no aprieto.

No quiero escribir argumentos: quiero hacer litaratura. ¿Nadie puede entenderlo?
Perdí la memoria. ¿Por qué Ricardo Mollo siempre habla de remontar barrilletes en sus temas? De todos modos le agradezco.
Este texto está tan volado como mi cabeza. Miles de ideas deambulando, haciendo espirales dentro de mí. Ninguna coherente.

Quería dejarte algo. Por eso vine acá. Tenía la necesidad decirte: "Hola Blog, nueva entrada, tenemos que hablar...

1 comentario:

  1. La mente va más rapido que las palabras. Por eso tanta discordancia.

    ME PASA TODO EL TIEMPO- y te entiendo. Es por esa misma discordancia que decis vos, por la cual yo no subo cosas a mi blog. Las escupo, pero no quiero repensarlas en literaturas. Solamente quiero vivirlas, sentiras.
    Ojala tus ojos sigan sonriendo por mucho tiempo -
    y las palabras sigan volando, hasta el infito.

    ResponderEliminar