sábado, 28 de agosto de 2010

Dejame mirarte un rato más. La noche es larga y afuera ya se apagaron las luces. Alma mia vamos a reirnos de la ciudad. Vamos a contemplar el silencio. Vamos. Seamos cómplices de esta felicidad.

jueves, 26 de agosto de 2010

Hoy me hace falta verte...

martes, 24 de agosto de 2010

Cansada de...

Cansada de entender
Cansada de hacer el esfuerzo
Cansada de pensar
Cansada de esperar
Cansada de aguantar
Cansada de incendiarme
Cansada de hablar
Cansada de postergar
Cansada de verme
Cansada de bailar
Cansada de comer
Cansada de andar
Cansada de extrañar
Cansada de llorar
Cansada de crecer
Cansada de jugar
Cansada de escuchar
Cansada de ver
Cansada de analizar
Cansada de sostener
Cansada de equivocarme
Cansada de ser
Cansada de estar cansada
Cansada de mí

viernes, 13 de agosto de 2010

Producto del insomnio; esclava de mis palabras

Tuve deseos de escribir porque me cansé de luchar contra el insomnio. Además, estoy cansada de reprimir mis anhelos. Por qué existe en mi esencia una moral que me limita, que me pone condiciones...¿Acaso no me la paso hablando de que creo en la libertad de expresión? ¿No es cierto? Sí y lo llevo como estandarte de un partido sin nombre. Lo llevo conmigo y con otros que son iguales o distintos a mi. Pero no nos encolumnamos en ningún lado para afirmarlo. Lo hacemos y ya... Lo que en este caso no indica que no me sienta parte de ninguno. En este sentido, se que esto lo comparto con muchos y no sólo con algún sector o ideología. Disculpen los eufemismos.
De todos modos, no puedo pensar en la idea de las controversias entre mis deseos y mis acciones. No puedo y no quiero. Casi agrego no debo, pero vuelvo a caer sobre mi maldita moral y la verdad es que la detesto.
En los tiempos que corren mejor actuar y decir y pensar sin hacer un juicio entre el bien y el mal. Hacer y ver que pasa, como dice el tema de Baglieto "Sólo se trata de vivir, esa es la historia (...) a lo mejor resulta bien" Exactamente. Si nada tiene carácter de verdad, si a ningún objeto podemos atribuirle realidad, sólo representación: Por qué seguir pensando en un gran determinismo absurdo.
Estoy acá porque tengo insomnio y porque tengo la necesidad de contar. Contar que mientras veo pasar las cosas al lado del camino no tengo el valor de saltar del tren y volverlas a subir al vagón. Algunas cosas -perdón por no ser específica- me decepcionaron, me generaron angustia y hasta un mínimo recelo. No me dejaron dormir y supongo que no me están dejando ahora.
Sí, soy una mar de dudas. Mi cabeza tiene idas y vueltas en un laberinto que, como tal, no conoce escapatoria. Pero tampoco se trata de huir. Afrontar los compromisos y los obstáculos que se interponen es un desafío. Amarrarse a la valentía es la única salida.
Temo. Lloro y sufro porque creo y descreo con constancia. Al mismo tiempo, esto me hace perder la regularidad de las acciones. Me soné con fuerza la nariz y sentí un mareo increíble. Al instante lo comparé con el cotidiano mismo. Hacemos fuerza para que tantas cosas sean mejores, para que haya cambios abruptos. Para que haya más justicia social, para que la patria sea soberana por completo, para que la democracia se fortalezca día a día... Sin embargo, algunas personas me hacen pensar que el feng shui tiene una teoría que debería ser legitimada socialmente. "Todo lo bueno tiene algo malo y todo lo malo tiene algo bueno" y sin querer volví a caer entre lo bueno y lo malo. Horrible.
Retomo. Hacemos fuerza y vivimos mareados... Nos distorsiona el atropellamiento, la pérdida de la sutileza, el olvido, lo turbio, la falta de claridad y especificidad; la falta de autocrítica y el convencimiento desmedido, ciego. También el uso indiscriminado de adjetivos. Todo lo adjetivamos, todo tiene una etiqueta. Todo está rotulado bajo un esquema de promesas.
La vida es una moneda... tiene distintas cotizaciones, valores, países, colores, metales, símbolos, superficies... No la gastemos en pavadas. Hagamos algo productivo con ella. Construyamos, transformemos. Evitemos la autocensura y saquemos de adentro las ganas de hacer lo que se nos de la gana. Algo que sea necesario e indispensable para todxs.

lunes, 2 de agosto de 2010

Un día no muy feliz

Anoche tuve un sueño. En realidad, dicen que siempre que dormimos los tenemos, pero cuando despertamos no siempre los recordamos. Algunas veces sí, otras no. Lo cierto es que tuve un sueño y por la madrugada lo recordé. Se lo conté a alguien para no olvidarlo. Por suerte un beso en la mejilla hizo que continuara el descanso. Me levanté muy temprano y mi día transcurrió sin mayores problemas. Hasta que una casualidad se cruzó en mi camino y me llevó de nuevo al contexto del sueño.

Para entonces, ya no podía distinguir si había soñado o si había estado en la realidad…Lo cierto es que una sensación extraña me recorrió entera y los ojos se me pusieron vidriosos.

Estaba entrando a un lugar, en el cual ya había estado una vez. No lo conozco en su totalidad, pero he percibido su esencia, ingresado por su puerta y hasta caminado por sus calles. Otro mundo en medio de la locura porteña. Un lugar frío, lúgubre, que huele a humedad hasta en primavera.

Estuve ahí. Iba acompañada de alguien a quien no pude distinguir. Aún no puedo. Había muchas puertas y cada una de ellas abría un cuarto distinto. De un lugar a otro nos trasladábamos en silencio. El frío seguía persiguiéndonos.

Oímos algo. Al principio semejaba a un suspiro. Uno y otro, cada vez más intenso. Silencio. Abrimos una puerta más, que crujió develando no haber sido abierta por años. Mi corazón se agitó de un momento a otro.

Allí no había alguien, había algo… Tenía cabello oscuro, pero no eran de una persona. O quizá sí. Quién sabe si no habría sido cortado de alguna bella cabellera joven, viva, setentista. Estaba sentada sobre una mesa y era pequeña. Le faltaba algo. Algo fundamental. No tenía ojos. Su mirada era ciega o enceguecida. Tampoco lo se, pero lo estimo. Imagino que ha sido mejor aquello que un ciego no puede ni quiere ver. Su rostro plástico y sin ojos nos dejaba un mensaje amenazador. No veía pero hablaba. Balbuceaban palabras de muerte y horror. Sí, había una de ella en todos los cuartos.

Seguimos abriendo puertas y tratando de huir de aquellas diabólicas criaturas. De pronto me quedé sola... llorando. Buscando ayuda. Corrí en busca de una abuela. Encontré a una de ellas, a la cual reconocí como Hada. Quería contarle que habían regresado. “Nos quieren tener de nuevo”. No podía dejar de palpitarme el corazón. El miedo se apoderaba de mí ser y la bronca moría por dentro. Muy adentro, junto con los deseos de gritar. Quería entender quería explicarles a todos y todas lo que estaba sucediendo.

Nadie me escuchó. Luego de eso una secuencia de imágenes de gente conocida transcurrió por mi cabeza, recorrieron todo el sueño. Hasta que una de ellas se quedó un segundo conmigo y luego desapareció. La última vez que la vi se iba corriendo por una de las veredas de la ESMA alzando su mano para saludarme.


Anoche soñé que estuve en la ESMA y hoy casualmente el represor Jorge Rafael Videla tiene un sucio año más en esta generosa vida. Ahora que lo se mi mente va y viene, de la "realidad" a la realidad del sueño...

Algunas posturas sostienen que debería estar muerto. Otras que merece sufrir en vida el repudio, el que sea, para llevar el dolor hasta la tumba.

Mientras por ahí escucho que cuando prendés TN o lees Clarín, en el rostro de Videla se dibuja una sonrisa. Por suerte algunos celebran este día como el día del hijo de puta y no callan, y no guardan silencio y recuerdan y mutilan con la palabra, con el sensacionalismo.

Mantengo… Reivindicación a los 30 mil compañeros desaparecidos. Tener la memoria viva, presente…Repudiar a los genocidas. Gritar y denunciar, No a los rastros de impunidad. Por un sueño más benévolo… por un sueño que no retorne Nunca Más a una pesadilla.