martes, 29 de junio de 2010

Perdiendo la noción del tiempo

¿Qué hora se supone que es? Depende. Para el reloj la una y veinticinco. Para mi las siete de la tarde. Tengo un vuelo tremendo. Además, estoy sufriendo el colmo de los colmos. Trabajo sobre blogs, ni la más mínima gana de escribir con propiedad académica. Ni siquiera como tarzán. Sin embargo, me encuentro en esta bitácora. Estoy escribiendo en el Blog. Holaaaaaaaaaaaa. Dejá de dispersar la mente sobre cosas que te dan placer. Hablo conmigo misma. Siento que no soy yo y que vos no sos vos... Pobre del que me está leyendo. Ya no estoy para seguir optando por esta metodología del actuo bajo presion; lo hago todo a último momento. Cuándo voy a cambiar, me pregunto a diario. No obtengo respuesta...

Pasaron cuarenta minutos de la una a.m. Sigo acá, sentada, inmóvil. Preocupada.

viernes, 25 de junio de 2010

Las manos también oyen y hablan



Para todos los que mueven las manos cuando hablan: los gestos se expresan. A veces con mayor fortaleza que las palabras.

Hoy: ¿Escupí o escribí?

Faltan tres semanas para el receso invernal. Vacaciones de invierno, en criollo. Me lo recuerdo desde hoy hasta que lleguen para no tirar todo por la borda y hacer el último esfuerzo. Bueno "esfuerzo", una manera de definir que lo que hago no está cerca de rascarse, pero tampoco es de vida o muerte. Todavía puedo aprender a decir que no y no creo que mi NO, vaya a cambiarle la vida a alguien. Modificaría algunos fines a futuro, pero nada que pueda imposibilitarles seguir respirando. Igual soy una enferma.

Tengo tanas ganas de escribir; pero de escribir en paz y armonía. Por eso no lo estoy haciendo con frecuencia. Sólo escribo en papeles que encuentro, en el que sea... hasta los de caramelo me vienen bien cuando quiero desahogarme de una idea.

Hoy busqué un millón de excusas para no hacer el trabajo. No para no hacerlo por vagancia, sino por el simple hecho de no saber cómo empezar. ¿Por qué siempre cuesta tanto escribir la primera palabra? Antes de intentar pensarla la borré mil veces. Hoy estoy con los eufemismos a flor de piel. Inexactitudes flotando entre mis palabras, saliendo de mi boca, soltándose de mis dedos...

Ni siquiera los párrafos están parejos. Es un desastre. Es mi desastre mezclado con el tuyo con el de élellavosotrosnosotrosellos XXY @., Un flash neón. Una locura extraordinaria. Nadie va a querer leer esto nunca. No me importa. Estos últimos días no me importó nada de nada. Nada: palabra de una ambigüedad inconmensurable. ¿Qué es la nada? ¿Qué es todo? Nada, todo, todo o nada. Ridículo.

Sí. No quiero perder más tiempo pero no dejo de pensar en otras cosas. Resolví todo lo del día salvo el trabajo y el estudio. De nuevo lo dije: todo, ayyyyyyy. Mejor me voy para no seguir divagando. Me gustaría lograr encontrarme con mi concentración, pero la verdad es que ya no recuerdo ni cómo era, ni si alguna vez fuimos tan amigas como para volver a encontrarnos.

Hoy tuve ganas de escupir, no de escribir. Hoy quise escribir como mi conciencia me habla. Así, a mil por hora carburando un imaginario sin sentido, mejor dicho, con un sentido diferente. Diferente a lo que esta universitaria hoy debiera haber hecho: Leer, resumir, estudiar y aplicarlo al práctico. Buena suerte y hasta luego.

viernes, 18 de junio de 2010

Le hundía un cuchillo en el corazón y lo hacía girar dos veces


~ Umberto Eco

miércoles, 16 de junio de 2010