jueves, 31 de diciembre de 2009

Ego- Consumo ( Primera Parte)

De vez en cuando, por la mañana, me levanto pensando que algunas personas en ciertas ocasiones resultan ser frías, calculadoras y maniáticas. ¡Que curioso! La otra noche cuando caminaba por alguna calle de la ciudad de La Plata me encontré con una de ellas. A decir verdad no puedo declarar con certeza que se tratase de una persona...
Hago el esfuerzo por recordarla y se me desenfoca con mayor facilidad su imagen. Van y vienen los colores en mi mente intentando hacer algún retrato de aquello, pero enseguida se dispersan como arena en mis manos. De lo que estoy seguro es de que era oscura y trémula...pero sólo de eso.
No tengo idea cómo, pero aquella sombra me había dejado impresionado. Calculaba que debió haber sucedido algo entre nosotros, sino por qué motivo me seguía preocupando por aquello. Entonces sin querer, aunque no tanto, me obligué a deshacerme de la incertidumbre que me causaba.
Con el tiempo, creo, que me he puesto bastante viejo para los acertijos y desde hace rato no puedo adivinar ninguno.
Mi ansiedad persistía. Eso significaba que debía resolver mi duda; aunque siempre con un poco de orgullo decidía tirarla al tacho y encargarme de las cosas de mi vida que realemente tenían importancia. Sin embargo se presentó otra inoportuna duda: ¿Cúales cosas importantes?
Fue así que comencé a reordenar mis extraños pensamientos. Empecé por la infancia. ¡Ay la infancia! La llegada de mi divino ser a la tierra. Todos estaban felices de verme. Lógico nacía con las revoluciones estudiantiles, con los hitos que marcaron la historia, nacía. Más tarde vi la caida de un muro y así la vida me pasó por encima.

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