La Conversación
El lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro. Es como si tuviera palabras a guisa de dedos, o dedos en la punta de mis palabras. Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte, toda una actividad discursiva viene a realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es “yo te deseo”, y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación.
lo escribiste vos o es un estracto de ese libro?
ResponderEliminarperdon por mi ignorancia!
de todas formas, es hermoso..
En este caso es un extracto de ese libro. El resto de las producciones son de mi autoría.
ResponderEliminarSaludos!
Un genial complemento entre comunicación y amor, aunque ayer prometí no volver a tocar el tema...
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